sábado, 23 de mayo de 2009

123. Hacia el bicentenario: 1810 - 2010



Comenzaremos esta semana el año previo al bicentenario de la Revolución de Mayo y creo que sería el momento oportuno para que los argentinos nos pusiéramos a pensar seriamente cuáles son los caminos para que nuestro país progrese.
Como dice un gran amigo mío que voy a citar de memoria: PROGRESO es una palabra devaluada y poco usual en la actualidad, pero a principios del siglo 20 era ésta una palabra muy común aquí, había un Club del Progreso, un Café del Progreso y (agrego yo...) en el barrio donde vivía de pequeño había una calle Del Progreso y hasta un Mercado del Progreso.
Claro, en la Argentina de las primeras décadas del siglo pasado ese concepto no solo se nombraba sino que se veía por todas partes y, hasta puede decirse, se respiraba.
En el momento presente no hay duda de que pasar de la situación en la que se encuentra el país a otra mejor no es sólo cuestión de planes económicos o pequeñas mejoras aquí o allá o de que resulte elegido en las proximas elecciones tal o cual futuro legislador: en mi opinión habría que pensar en profundidad, nuevamente, los grandes sistemas que definen la administración, hacen posible el funcionamiento de nuestro país y, finalmente, concluyen por hacernos ciudadanos más felices.
Por supuesto, me refiero principalmente a Educación, Justicia, Seguridad, Salud, Economía, sin descuidar todos los subsistemas de éstos que se ocupan de los necesarias cuestiones de detalle. A esos cinco grandes sistemas habría que imaginarlos y construirlos nuevamente.
Se podrá aquí decir que cada uno puede tener ideas diferentes sobre qué hacer y que la ideología personal o de grupo puede teñir las opiniones. Sin embargo, creo que bastaría en un principio con observar qué cosas hacen los países que progresan. En el planeta hay unas dos centenas de países: grandes y pequeños, pobres y ricos, seguros e inseguros, aquéllos donde la gente es relativamente feliz y aquéllos donde eso no ocurre... la experiencia acumulada de los últimos siglos y los resultados obtenidos actualmente por cada país están disponibles a un click de distancia en Internet: bastaría entonces con usar inteligentemente esa información.
No soy político y, además, por el momento no llego siquiera a darme cuenta cómo todo esto se podría poner en marcha pero de algo estoy absolutamente seguro: HAY QUE HACERLO.
Las opiniones y los comentarios que deseen agregar los lectores argentinos serán bienvenidos.
Las opiniones y los comentarios que deseen agregar los lectores no argentinos serán más bienvenidos aún.
Saludos cordiales para todos.

16 comentarios:

Víctor dijo...

Pues muchas felicidades por la celebración...
Me parece muy buena y muy constructiva tu idea; ahora mismo no puedo extenderme, pero prometo hacer alguna aportación en otro momento a este proceso científico que propones..

Roberto dijo...

R, creo muy oportuna tu entrada sobre todo en estos tiempos que se intenta re-pensar "la Argentina". Creo que más allá de planes económicos, códigos "justos" etc. La preocupación de la sociedad debería estar centrada en disminuir la taza de mortalidad infantil.
El último dato que tengo, para la Argentina, es de aproximadamente 16 por mil, pero con picos locales (Formosa por ejemplo que superan el 22 por mil). Si una sociedad no toma conciencia que este es EL TEMA que hay que solucionar, estamos en un problema.

Los políticos nos venden "espejitos de colores" y nosotros los compramos, y después nos quejamos.

Ninguna plataforma política tiene a este tema como base, y es sencillo de interpretar el porque: A sus potenciales votantes no les interesa.
Convengamos que para el primer centenario, la composición social de la argentina era muy distinta a la actual, con una clase obrera urbana en su mayoría inmigrante, corrida de su tierra por el hambre o la muerte y que veía en la Argentina la posibilidad de progresar. Una época donde la parlabra solidaridad estaba en la piel de la gente y no en los diccionarios como ahora.
Para el segundo centenario, en cambio, la sociedad se encuentra sumida en la más profunda individualidad, sin compromiso con la vida y creyendo que "el otro" va a solucionar los problemas.
En suma, creo que la cosa no pasa por los planes o gobiernos, el problema está en la re-creación de una red social que se perdió, en que nos pensemos como parte de un todo y no nos veamos como el todo.
Cuando tomemos conciencia de que nosotros somos los culpables de lo que nos pasa, recién ahí podremos pensar en planes, pero no antes.
Un saludo.

Roberto dijo...

RobertoV, estoy en un 99 por ciento de acuerdo con vos pero no puedo dejar de advertir que ciertos países muy individualistas en la personalidad de sus habitantes igualmente progresan fuertemente y la vida allí es mucho más agradable que en el nuestro. En mi opinión, unas políticas públicas bien elegidas hacen progresar a un país aun en el caso de que sus habitantes no sean todos ellos tan virtuosos, solidarios y buenas personas como sería deseable.
En resumen: con buenas políticas y haciendo cumplir las leyes, creo que un país debería salir adelante.
Un abrazo.

Jorge R dijo...

En la caracterización de este blog se dice que la Realidad nos muestra "atisbos" que son los hechos clave para intentar comprender el conjunto. Entiendo que un claro y contundente atisbo de la decadencia de la ex República Argentina (la defino ahora como “un lugar denominado Argentina”) es la crisis del club Ben Hur de la localidad Rafaela (provincia de Santa Fe). Este club tuvo un meteórico crecimiento en su rendimiento deportivo en el juego del básquet, a punto tal que llegó a consagrarse campeón de la Liga Sudamericana de Clubes en el año 2006. Tal hazaña no puede producirse independientemente del contexto social-económico de la región. El crecimiento de dicho club se fundó en el esfuerzo de toda la comunidad rafaelina. La zona de Rafaela era uno de los núcleos de mayor desarrollo agropecuario e industrial, y en particular, grandes exportadores de leche en polvo, soja y autopartes para automotores (válvulas para motor).Soportaron sequías, plagas y altos costos de financiación, pero aún así crecieron año tras año. Pero no contaban con el matrimonio Kirchner. Hoy Rafaela es una ciudad fantasma que se mira a si misma y no se reconoce. Las crisis económicas suelen tener como víctimas directas a los trabajadores y a las Pymes, en primer lugar. Y como no puede ser de otra manera, deben existir “atisbos” del naufragio que se avecina. Ellos se detectan en los símbolos que definen a una comunidad. En este caso, la súbita y nunca esperada crisis del “hasta ayer” mega campeón club Ben Hur.

Roberto dijo...

R vos decís
... con buenas políticas y haciendo cumplir las leyes, creo que un país debería salir adelante.Las leyes las cumplen los ciudadanos, y en la Argentina la única que cumplimos es la de la gravedad (por la continua caída libre que estamos experimentando).
Los planes políticos no lograrán hacer nunca que las leyes se cumplan.
Saludos.

Roberto dijo...

Perdón R, pero creo que tu comentario sería muy correcto si yo hubiera dicho "cumpliendo las leyes" pero dije "haciendo cumplir..."
Desde luego que estoy de acuerdo en que muchos no cumplen la ley en nuestro país y tal vez sea por que no se la hacen cumplir... 100 por ciento de acuerdo en eso.
Pero ocurrre que... SI SE LA HICIERAN CUMPLIR... y el que no la cumpliera quedara afuera del sistema por algun tiempo... ¿qué pasaría?
Yo tengo una idea de qué pasaría: con eso y con políticas públicas adecuadas, oportunas y pertinentes nuestro país sería, de manera aproximada, tan bueno como cualquiera de los mejores en cuanto a calidad de vida o cualquier otro parámetro apropiado de comparación, lógicamente después de un cierto tiempo razonable para la transición.
Un abrazo.

Víctor dijo...

Añado otra idea aún no tratada... en mi opinión, para que un pais (sistema) funcione adecuadamente, es necesario que sus integrantes se sientan parte del mismo... y para ello es imprescindibles que se sientan iguales. Por tanto, hay que perseguir la igualdad social. Una solución sería imponer la igualdad por ley (sistema comunista/socialista), pero creo que ya ha quedado suficientemente acreditado que ese sistema resulta incompatible con el progreso económico (que también debe ser un objetivo en si mismo, porque no nos sirve como sistema "feliz" uno en el que todos los ciudadanos sean pobres por igual).
La otra solución que se ha probado es la economía liberal de mercado. A mi juicio, y pese a las dificultades actuales, ese sistema ha demostrado ser más eficaz para el desarrollo económico. Pero para que esta segunda solución funcione en el sentido que propone Roberto (no un desarrollo puramente económico, sino con garantía de una mayor justicia, seguridad... felicidad social a fin de cuentas) es imprescindible que exista una verdadera igualdad de oportunidades... de modo que las desigualdades finales que se puedan producir, estén justificadas por una mayor capacidad, trabajo, de los individuos que se beneficien de ellas, y que la sociedad en su conjunto lo pueda percibir así gracias a esa igualdad de oportunidades (sin olvidar la necesaria red de protección social, por supuesto, para quienes se queden atrás... lo cual es un elemento más de felicidad, pues en esa situación podemos encontrarnos todos alguna vez).
Y ¿cómo se garantiza la igualdad de oportunidades?... pues con una educación pública obligatoria, y SERIA, para todos. La educación es el mejor mecanismo posible para redistribuir la riqueza y reducir las desigualdades sociales.
Lo que me da pena es que en España vamos para atrás en todo esto... hace unos años había bastante más igualdad social que ahora, producto (creo yo) de una educación pública mucho más sólida... pero en los últimos 10 ó 15 años han decidido que ese no era el camino, que no había que exigir nada a nadie y que el esfuerzo no es "progresista"... en fin, así nos va.
Saludos desde el manicomio.

Roberto dijo...

Víctor, coincido plenamente con lo que dices, y lo que comentas sobre el sistema educativo español se puede aplicar perfectamente a lo que ocurre en la Argentina.
Sería bueno saber qué está ocurriendo en otros países. Tal vez, nuestros habituales lectores puedan colaborar en esto.
Saludos cordiales.

Myriam dijo...

Pues haré mi comentario aunque no tengo datos estadísticos ni nada por el estilo.

Centrándome en la palabra "progreso" yo podría hablar de lo que veo que pasa a mi alrededor de un punto de vista netamente ciudadano en México.

Considero que este país siempre se ha caracterizado por el mal aprovechamiento de sus vastísimos recursos naturales que podrían habernos hecho ya una potencia en algún cierto ámbito económico, quizá la agricultura o ganadería, y sin embargo no sucede así ya que siempre las políticas que regulan el proceso de producción de esos artículos en algun punto de la cadena se vuelve inconveniente para alguien y siempre sucede que hay alguien que sale perdiendo: o los productores o el consumidor y por eso es que en ese rubro suele trabarse el progreso económico del país. Creo que esta situación no es muy extraña para otros paises del continente. El punto es que los enjuagues políticos siempre estorban la fluidez de los recursos y el acceso del bienestar para la población en general.

Pero lo que yo quisera recalcar es más bien un aspecto que yo creo que como pueblo tenemos (porque así nos condicionaron a ser en algún momento entre que eramos una antigua raza rica, inteligente, bien nutrida, atlética y sabia) a lo que somos hoy como pueblo mexicano y que no nos permite mejorar: la mediocridad.

Considero que como pueblo tenemos una de las mejores visiones de nosotros mismos y todos sabemos que somos capaces de hacer cosas, que tenemos la manera, la libertad y la capacidad ¡pero no lo hacemos!.

Como mencionaba alguna vez en mi blog, el pueblo mexicano si trae la solidaridad a flor de piel, el entusiasmo, el ingenio, etc, pero siempre prevalece un desdichado instinto a no esforzarse más de lo necesario, a lograr las cosas por el camino fácil, a participar en la corrupción y acciones de ese tipo que lo que hacen es no darnos acceso al progreso.

Los gobiernos a pesar de lo sucios que puedan ser sin excepción, a pesar de todo lo que se roben o que hagan mal, siempre estan progresando y eso se nota, por eso yo creo que el camino, aunque sigue siendo dificil por la burocracia, por ejemplo, siempre tiene las puertas abiertas para quien aspira a algo mejor, lo unico que falta es las ganas y eso yo creo que a los mexicanos en general nos hace falta: modificarnos el gen de la pereza y yo les aseguro que un par de añitos nos iríamos para arriba sin problemas.

Anónimo dijo...

Estimado Roberto, se me ha ocurrido
ejemplificar mi pensamiento con esta parábola;
cordialmente,
CE

A ambas orillas de un caudaloso río
habitaban dos comunidades muy pequeñas;
ambas sufrían conflictos cada vez que debían compartir sus instrumentos para pescar;
quien pescaba exigía los peces así como quien prestaba la red o la caña;
en las dos aldeas se decidió llegar a un acuerdo
tal que aquél que pescaba se quedaría con el pez y daría unas monedas al proveedor de la
red y la caña;
en una de las aldeas los acuerdos no fueron respetados
y los conflictos siguieron; fue entonces cuando decidieron
recurrir a un miembro de la comunidad para que hiciera
cumplir los acuerdos; le otorgaron autoridad para que echara de la comunidad a quien no los respetara;
pero en vez de ello, recibía comida y otros bienes
para que no cumpliera con el compromiso asumido;
una de las aldeas tuvo muchos habitantes, desarrolló mejores
maneras de alimentarse y de sobrevivir transmitiendo a sus
descendientes su sapienza y experiencia;
sorprendidos, observaban con frecuencia cadáveres mutilados que
eran arrastrados río abajo hacia no saben dónde…

Marcelo dijo...

Qué tema Roberto... En mi humilde opinión somos los mejores críticos de los demás del mundo pero somos completamente incapaces de mirar lo que nosotros mismos hacemos. Nos gusta llenarnos la boca diciendo lo malo de aquel, lo que no cumple el otro, lo que roba tal político, etc. y simultáneamente no respetamos ninguna ley, si podemos evadimos al fisco y también coimeamos al policía de la esquina si nos quiere hacer una multa. Si no empezamos por cambiar nosotros mismos, difícilmente el país cambie. Los políticos que tenemos, chorros, sin ningún tipo de pudor en mostrarte en la cara son el fruto de la sociedad que somos y que tenemos que cambiar. El "piola" es el que evade, el que se queda con algo que no le corresponde, el que se copia sin que lo agarren. El que paga, el que cumple, el que respeta, el que se esfuerza siempre termina como el boludo de la historia. Es lo que nos muestra nuestro país, desde los gobernantes para abajo, todo el tiempo. Esto es lo que tenemos que cortar para poder empezar a cambiar como sociedad. Si no dejamos de creernos unos fenómenos porque Bilardo le da un bidón con laxante a un jugador de otro equipo o porque Maradona metió un gol con la mano, si nos enorgullecemos de eso en lugar de sentir vergüenza, entonces seguiremos siendo lo que lamentablemente somos. Unos "vivos" bárbaros.

Roberto dijo...

Dos cosas, ....
1) Las leyes no se pueden hacer cumplir a menos que nosotros las cumplamos y, además, estoy en total desacuerdo con una sociedad de premio y castigo. Por más que un hecho se penalice, no por ello dejará de ocurrir, y esto engancha con el comentario de Marcelo con el cual estoy en pleno acuerdo.
2) La sociedad esta formada por personas, y si no cambian las personas, muy difícilmente se observaran cambios en ella. Vos podrás tener los códigos "mas justos" las penas más severas y "los hechos seguirán ocurriendo igual.
Y como dice Víctor, si los individuos no se sienten parte del sistema, no hay sistema!
Saludos para todos desde mi casa.

Roberto dijo...

O sea, RobertoV, que deberíamos concluir que en aquellas ciudades o países donde el índice de criminalidad descendió de forma drástica recientemente fue porque súbitamente los potenciales criminales SINTIERON QUE ERAN PARTE DE LA SOCIEDAD.
¿Cómo no lo había pensado?

No, en serio, no pretenderás que crea que de golpe ocurrió ese milagro.

Un abrazo.

Roberto dijo...

No creo que en ninguna ciudad con mas de 1000000 habitante bajen los índices de criminalidad a menos que estos sean dibujados. A mayor cantidad de personas, mayor interacción y por tanto mayor criminalidad.
Supongamos un país en en que la violación se castiga con la muerte. Allí no tendremos violadores reincidentes, pero que habrá violadores seguro. Por otra parte, el problema de la Argentina no pasa porque sus ciudadanos sean criminales, sino porque no tienen conciencia del otro; y yo no caracterizaría a la falta de conciencia como un acto criminal. Creo ¿No?
Asi sale un comentario capicúa.

Roberto dijo...

Ni siquiera importan los índices en el caso que yo pensaba poner como ejemplo, RobertoV.
Es un hecho conocido y aceptado en todo el mundo el brusco descenso de la criminalidad en Nueva York en las últimas dos décadas. Y prácticamente eso se debió a la gestión de una sola persona y a un cambio de las políticas públicas en esa ciudad que tiene bastante más de un millón de habitantes. Y no creo, realmente no creo, que la gente se haya vuelto buena de golpe: yo creo que le enseñaron "que el que las hace las paga", ¿no te parece?

Un abrazo.

Víctor dijo...

A Roberto. Una aportación sobre tu último comentario: la política que se siguió en Nueva York (donde efectivamente bajó mucho el índice de criminalidad hace unos años) fue la de perseguir con más dureza hechos incívicos de menor importancia.. y se demostró que un ambiente de permisividad general hacia las infracciones menores de la ley, había estado provcando una mayor criminalidad.

A RobertoV. Pero para que la gente se sienta parte de la sociedad, es necesario que la perciba como justa, y eso incluye el castigo a los individuos que infringen las normas del sistema... pues si el sistema no te protege, te tienes que proteger tú mismo, y entonces desaparece el sistema.

A Marcelo. No creo que la sensación que describes sea privativa de Argentina, en España -y supongo que en muchos otros países- está muy arraigado ese mismo sentimiento: que la gente que cumple las normas siempre sale perdiendo.. No obstante, esa sensación se percibe generalmente (al menos aquí, según me parece a mi) como un mal, esto es, "saldrás ganando, pero no actúas correctamente".
Por otro lado, frente a algunos gobiernos, el incumplimiento de la ley, sobre todo en materia tributaria, constituye casi un acto de legítima defensa.. :)