lunes, 28 de enero de 2008

9. La relatividad

Como mis lectores saben que soy físico, enseguida intuirán que me voy a referir al magno trabajo de Albert Einstein "Sobre la electrodinámica de los cuerpos en movimiento", publicado en junio de 1905 y del que recientemente hemos conmemorado el centenario.
Pues no es así. Me voy a referir a la relatividad de las expresiones y a la necesidad de su adecuada contextualización.
Para ello me voy a permitir contar una pequeña historia:
Mis padres contrajeron matrimonio el 1 de enero de 1951, el primer día de la segunda mitad del siglo veinte (ya la discusión de cuando comienzan los siglos fue dirimida en ocasión del comienzo del siglo veintiuno, que fue el 1 de enero de 2001 y no del 2000).
Yo nací diez meses más tarde, el 27 de octubre de 1951. Cuando era pequeño el número de teléfono de la casa de mis abuelos con quienes vivíamos era (como olvidarlo...) 902873. Ahora, en cambio, los números del área metropolitana de Buenos Aires (AMBA) poseen ocho cifras, dos más que el teléfono de mi infancia. Estamos, entonces, cerca de centuplicar los teléfonos del AMBA de aquella época.
Cuando yo tenía treinta años y vivía en Buenos Aires y mis padres en Ezeiza, cerca del Aeropuerto Internacional, debía marcar su número repetidas veces, a veces durante horas, hasta lograr comunicarme por teléfono con ellos. En la década del '90, durante la administración del presidente Menem, se realizó la privatización de la empresa nacional de teléfonos ejecutándose el llamado "anillo de fibra óptica" de la ciudad de Buenos Aires. Como resultado, podía llamar a mis padres marcando el número una sola vez.
En 2003 creo mi sitio de Internet que ahora se encuentra en http://rdelex.googlepages.com donde propongo problemas de física y comentarios sobre su resolución. En octubre de 2007 creo mi blog atisbosdelarealidad.blogspot.com donde expongo mis ideas sobre variados temas y abro espacios de discusión para los lectores.
Ahora, en enero de 2008, tengo una idea, la escribo y antes de diez segundos pueden leerla en Namibia, Canadá, México o Argentina.
Queridos lectores, ubiquémonos en el contexto: ESO, PARA MÍ, ES MAGIA.
Y, sepan ustedes disculparme, no admitiré opiniones en contrario.
Gracias por su paciencia.
Un abrazo para todos.

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