martes, 3 de septiembre de 2013

294. ¿Comunicación... o incomunicación?

Recientemente leí en el blog de Daniel, un gran amigo mío y ex alumno, una entrada sobre la invasión que la comunicación instantánea ha realizado en nuestra sociedad. Quería, entonces, invitar a mis lectores a esa interesante lectura y a que dejen ahí sus comentarios si lo desean.

14 comentarios:

Víctor dijo...

Gracias por la referencia, Roberto.

Un abrazo

Roberto dijo...

Gracias por haber comentado... mientras mis otros lectores duermen... ¿duermen...?

¿Tendrá razón Daniel cuando escribe en su blog "Me pregunto a menudo si tiene sentido escribir cuando no se busca ser leído"? Y cuando agrega luego: "Sospecho que sólo existe el placer de la escritura, en cualquier ámbito"...

Yo realmente escribo porque me gusta ser leído, si no fuera así tomaría un cuaderno nuevo y escribiría la consabida frase "Querido diario...". Pero el hecho concreto es que el número de lectores habituales de este blog parece haberse reducido bastante.

¿Habrá que interesarlos nuevamente?

Se me ocurre una idea: les voy a dar los resultados de la Lotería Nacional de los sábados el jueves anterior... je je.

Un abrazo.

(... pero no voy a amenazar con cerrar el blog como nuestro amigo Ángel...)


Víctor dijo...

No tengo respuestas a esas preguntas tan profundas, jeje.. No tengo claro por qué escribo entradas, por qué se van reduciendo mis lectores, por qué se interesa la gente, o por qué se desinteresa.. Ni idea de nada, tendré que echaré al asunto una pensada.

Debe tener algo que ver con la inconsistencia de los impulsos humanos que se quedan fuera de los hábitos, pero habría que meditarlo despacio.

Tu idea no me parece demasiado afortunada, jaja.. teniendo en cuenta que por cada nuevo lector se dividiría tu participación en el premio, creo que estarías pagando un precio carísimo por el éxito bloguero... (¿no te habrás puesto a calcular en este preciso instante cuántos lectores podrías conseguir reduciendo tu parte en el premio a 1 peso, no?) :-D

Un abrazo

Mario dijo...

Me llama mucho la atención el tema de la entrada. Cuando iba a la escuela realicé un extenso trabajo al respecto. De mi grupo de Whatsapp de amigos, de 8000 mensajes, al rededor de 5000 se habían mandado cuanto todos estábamos en la escuela juntos. Todo esto de las redes sociales nos ha afectado en muchas maneras. He visto gente en los pasillos sentada en círculo y hablándose entre sí por Whatsapp, o gente que cenando en la mesa le pide la botella de agua o las servilletas al otro por el celular. En la facultad, es increíble la cantidad de gente que se sienta en el bar y todos andan con el celular escribiendo constantemente o bien en plena clase, generando esa "incomunicación" y una potencial distracción. Sin embargo no hay que negar que ha tenido un efecto muy positivo, en especial cuando la distancia se agranda (entre países, o cuando un pariente se encuentra lejos, es muy fácil y práctico para estar al tanto de su vida).

En cuanto al blog, soy un lector nuevo. Si se quiere retener a los lectores hay que mantener el blog con entradas, con movimiento. Me parecieron muy interesantes las entradas Roberto. Se nota tu verdadera pasión y vocación por lo que haces.
Saludos.

Roberto dijo...

Mario, bienvenido al blog. Muy interesante lo que comentás sobre el tema de las redes sociales y su influencia.
Como el blog tiene algunos lectores desde hace cierto tiempo, si querés contanos a qué te dedicás y desde dónde escribís.

Saludos.

Anónimo dijo...

Yo Carlos Alberto José Tovar Mundarrieta opino que:
Escribir para no ser leído, es una forma prefigurativa de la muerte. Por un lado, da cabida a una autoconcepción de desaparición, nos presenta la posibilidad, irremediable para los seres humanos, de que vamos a morir. Por otro lado, nos coloca en la posibilidad de no dejar huella, de morir en el olvido absoluto. Escribir para no ser leído es, pues, en cierta medida, negar nuestra autoafirmación, nuestra imperiosa necesidad de ser afirmados por el otro. Cuanto más si se acepta que esta necesidad de complementar el texto, a partir de un comentario, es un modo de afirmar la palabra en el exilio, es otorgarle la posibilidad de darse a conocer por los derroteros de la interpretación

José P. dijo...

¡Qué interesante lo que escribís, Carlos!

¿Podrías expandir y aclarar un poco el significado de la frase de los últimos tres renglones?

Muchas gracias.

José Pedro Barros.

angel lago villar dijo...

Muy buenas, Roberto.

ja,ja,ja...mi "amenaza" era sincera hasta que amigos como tu y los que tu sabes me convencieron que se puede hacer un "cierre- abre-cierre-abre..."

Comercialmente existen un tipo de tiendas que abren solo en temporadas y, créeme, son muy productivas.

Yo, sinceramente, cuando empece en el blog era solo para mi. Un lugar donde dejar mis "pensamientos".
Luego, la vida virtual, me regaló lectores.
Mis aspiraciones fueron colmadas y rebasadas.

Un abrazo.

Marina dijo...

Hola Roberto,

De nuevo gracias por haber entrado en el blog y dejarme tu comentario. Eso ha hecho que volviera a entrar en el tuyo y ver que esta vez podía participar de forma más activa en tu blog, dado que no consistía en acertar un número, para mí imposible;jejeje

En primer lugar, mi sentimiento en cuanto a lo que conlleva la utilidad que se les da a los teléfonos móviles, tablets,etc, es la sensación de que nos estamos perdiendo algo. La rapidez de obtener información es magnífica, pero la pérdida de concentración para mantener una conversación, al asistir a clase o en el mismo trabajo, me parece terrorífica.
Creo que es una costumbre que impide que estés relajado y disfrutando que lo que tienes entre manos o de la persona que tienes en frente. Eso sí, te puede sevir de excusa en caso de que no interese lo más mínimo lo que te estén contando; pero creo que esa mínima ventaja no compensa lo demás.

En segundo lugar, estoy totalmente de acuerdo con que uno escribe para ser leído; al menos a mí me pasa. Pero entiendo que al igual que yo tengo épocas con más tiempo para dedicarle al blog y otras que no tanto; con mis energías puestas en otra cosa que considero prioritaria (una es así de limitada, qué le vamos a hacer); considero que al resto de los mortales les pasará lo mismo.
Lo importante es que las pocas personas que te lean, aporten y en este caso es así; a mí me has picado la curiosidad de volver a entrar en el tuyo y derivarme al blog de Daniel.;-)

Un saludo.

Roberto dijo...

Ángel, en primer lugar mis felicitaciones por mantener abierto tu blog. Es como tú dices, a veces hay tiempo para escribir y a veces no... en esta última opción estoy yo ahora: lo tengo al mío un poco abandonado.

Respecto de lo que dices del "lugar para dejar mis pensamientos", te cuento que yo realmente deseaba tener lectores y escribía en la esperanza de que aparecieran, cosa que más tarde por suerte ocurrió.

Un abrazo desde Buenos Aires.

Roberto dijo...

Marina, respecto de lo que dices de los celulares y otros dispositivos parecidos, coincido plenamente contigo. Pero diré algo más: aunque no lo creas, no tengo celular.

Ya que estamos, te consulto algo: en tu perfil dice que te dedicas a la ciencia, ¿te puedo preguntar en qué área?

Un abrazo.

Víctor dijo...

Te contaré, Marina, que el amigo Roberto no tiene celular, ni tampoco televisión. Él es un hombre del Renacimiento, en el sentido más literal del término.. ;-)

Y a ti te contaré, Roberto, que este pasado fin de semana tuve la oportunidad de ver a Marina en persona en su trabajo, con su uniforme, ¡y de verdad que impresiona!

Daniel dijo...

Hola, llego un pooc tarde, soy Daniel, el del blog (:D).

A lo que pasa con los móviles sumo que algo sobre los blogs: "avisamos" acerca de un post a través de Twitter o Facebook. Los comentarios -si los hay- terminan en Tw o Fb y no en el blog, que por esto van decayendo.

Por eso es algo artesanal y doblemente meritorio el tratar de mantener el blog. Es la pretensión de mantener un tono coherente en estos pensamientos personales -por eso digo que escribo para mí mismo, más que nada- que uno termina ampliando al resto.

Igual creo que todo esto es parte de algo más sutil que no llego a definir. La próxima "onda" será de más privacidad, menos ruido, menos whatsup, leer en silencio, etc. Ya mismo se ven carteles de prohibido WiFi o celulares por allí. Será cuestión de seguir pensando en voz alta (o en un font visible). Saludos!

Roberto dijo...

Espero que se cumpla tu profecía del último párrafo.

Te cuento que hoy viajé con un taxista que controló sus sms a lo largo de veinte cuadras ... y no íbamos por un barrio tranquilo sino por San Juan entre Jujuy y 9 de Julio (aprox). Estuve a punto de ahorcarlo cuando paró frente a un semáforo en verde para leer con más calma. Pero he decidido nunca ahorcar al que está conduciendo un vehículo.

Saludos.